viernes, 19 de septiembre de 2008

Desde mi pequeña habitación

Hace días que vivo de computadoras prestadas. Se han colado errores gramaticales en este lugar donde tanto se respeta la lengua. Ah, pero las noches osn otra cosa. Por las noches me encierro en un apartamento pequeñito con las cama deshecha a seis pies de la mesita en donde escribo y tecleo como un loco. Tomé un trozo de luz de Bukowski y lo enrede como una bestia a los pies de la mesita donde cada noche cultivo la locura. Últimamente mi guitarra me habla. Nunca contesto. Leo entrevistas de Calamaro y vivo en otros países a fuerza de leer e imaginar.
Les dejo las instrucciones. No las sigan si piensan en fama, reconocimiento o dinero. No las sigan al pie de la letra: es peligroso emular a los dioses y conviene siempre desarrollar ideas originales. Es sólo un lugar para empezar. En ese lugar nos vemos...

Como ser un gran escritor

tienes que follarte a muchas mujeres
bellas mujeres
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y/o los nuevos talentos.
sólo toma más cerveza más y más cerveza.
Ve al hipódromo por lo menos una vez a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier idiota puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu cerveza.
no te exijas.
duerme el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte
no es necesariamente una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las araña sé paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más el exilio la derrota la traición toda esa basura.
quédate con la cerveza
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa
dale duro.
haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primer embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien: Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos
en habitaciones minúsculas como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres sin comida sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay está bien igual.

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