domingo, 12 de agosto de 2012

Buscapié: Odio

Aquí les dejo el buscapié de hoy. Espero que logren enfocar su odio.
12 de agosto de 2012

Odio

Gabino Iglesias
Odio. Animadversión. Tirria. Repulsión. Por mucho que intenten convencernos con mongos discursos religiosos, sentir antipatía y aversión hacia algo o alguien es un cáncer psicosocial que tragamos con la leche materna y crece a medida que nos embadurnamos de conductas aprendidas, prejuicios cuasigenéticos y actitudes que aseguren un confortable y aceptable estatus de homogeneidad.

Bien, si nuestro cerebro está empachado de odio a nivel celular, ¿para qué demonios perder el tiempo en intentar deshacernos del mismo?

Como el odio es un sentimiento poderoso, propongo aceptarlo, cultivarlo hasta que alcance su máxima expresión, y luego enfocarlo como un láser en la dirección correcta.

¿En qué te afecta si alguien es alto, feo, negro, ateo, homosexual o timbalero? En nada (a menos que el timbalero sea tu vecino y ensaye a las 3:00 a.m.). El país da asco por culpa de los criminales y sus sinónimos: los políticos, los religiosos intransigentes, los buscones. Ódialos a ellos. La animadversión, por lo general, acarrea desearle mal a alguien. Deja de desear y odia hasta que sientas la necesidad imperiosa de levantarte del sofá y dejarle claro a tu vecino que pegarle a su esposa no está bien. Detesta la memez hasta que no puedas quedarte en silencio nunca más al presenciar una injusticia. Abomina a la panda de indeseables que pulula a diario por el Capitolio hasta que tu participación política trascienda las redes sociales. Odia con semejante fuerza que tu heterosexualidad te permita ir con tu mejor amigo o amiga a darse un buen beso en la actividad o negocio homofóbico de turno.

Además de la ojeriza, desde bebés nos van infectando con VFT (valores familiares tradicionales). ¿Saben con qué se quita eso? Con una buena dosis de tirria inteligente que te permita atacar discursitos sin cimientos con la bola de derribo de la educación y el sentido común. Si odiar es malo, peor es poner ese sentimiento donde no debe ir.

Aborrece el estatus quo hasta que el sentimiento te compela a actuar y verás qué alegría sientes.
El autor es estudiante doctoral.

Pueden ver el original aquí.

lunes, 6 de agosto de 2012

Hasta siempre, Chavela

Ya lo dijo Sabina: "Las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo." Lo que Sabina no dijo, pero sabía, es por qué Chavela era grande: por que cantaba con el corazón.

Perfecto, no voy a discutir con nadie si su voz dejaba mucho que desear. Cantar es una cosa, pero decir algo o tocar a alguien con tus palabras es otra. Chavela, así como el mismo Sabina, Leonard Cohen, Dylan, Tom Waits y muchos más, era una cantante que te hacía vivir y sentir las canciones más allá de su voz quebrada. Escuchar el disco de Carnegie Hall (2006), es una experiencia que me pone los pelos de punta.

No digo más porque una canción dice todo. Aquí les dejo una de mis favoritas (quería un video de Se Me Hizo Fácil, pero los que encontré era una basura).



Hasta siempre, Chavela. El día que quieras, nos bebemos una botella.