jueves, 29 de marzo de 2007

Breve ensayo sobre la canallez

"Detesto esa universal comedia de los sentimientos honorables."
Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas

"El silencio y sus círculos, el ácido que depositas sobre mi salud,
la suciedad hirviendo dentro de mi alma;
éste es el precio de la paz. Acuérdate."
Antonio Gamoneda, Sílabas negras

"Whenever people agree with me I always feel I must be wrong."
Osacar Wilde

Si te cruzas conmigo, y te detienes, tienes la misma probabilidad de recibir besos que ostias. Y es que la paciencia, la hipocresía y el juego social no se me dan muy bien. No me gusta que la gente se meta en mis asuntos. Todo ello se debe a que soy un canalla. Nunca lo he negado. Soy un canalla honesto. Donde voy siembro la discordia y cuando me voy un susurro como de tábanos enfermos me persigue. Las apologías no me son posibles. Los filtros se me perdieron en la noche sin nombre y quedé solo con lo que soy. Esencia. ¿Buena? ¿Mala? ¿A quién coño le importa? El punto es que soy lo que soy. Que los dioses repartan suerte y el que se cruze conmigo que tenga cuidado con lo que dice. Vivo en el contrapunto. Estoy más cómodo si nadie está de acuerdo con lo que digo. Carpe diem, memento mori. Me lo recito todas las mañanas y el día es un regalo sin abrir...

P.D. La conferencia en la UPR fue un éxito. Todos opinaron. Cada vez ma aferro más a las palabras de Ortega y Gasset. Es increíble que los que no estudian un tema siempre son los más expertos...
P.P.D. Mi corazón está con Trobi y su familia. Osvaldo Pérez Sr. descansa en paz.

lunes, 19 de marzo de 2007

Una tarde en el "biuti"

Es sábado y mi mejor mitad pasa sus dedos por mis greñas rebeldes. Como no renuncia en su fútil intento de amariconamiento decide que vamos a entrar a un "biuti" para que la doñita de turno haga el trabajo sucio de Dalila y me corte las puntas. Arrinconado, casi castigado, en una esquina decrépita de un lugar donde viví hace algún tiempo hay un local de estos donde te cobran por trasquilarte. Nos estacionamos y entramos. El tiempo desaparece. Hay tres paredes rosas, dos verdes y tres más empapeladas con flores. Unos marcos dorados encierran figuras andróginas de pelo corto sacadas de una indigestión ochentosa. Hay como ocho sillas verdes de secar pelo (de las viejas) y unas sillas de plástico color carne para sentarse. Un cuadro enorme muestra una niña de espalda cogiéndo flores. Me siento y oigo el murmullo incesante de unas cacatúas. Entra una señora y se sienta en una de las monstruosidades verdes y saca de una bolsa un refresco "OK". Se llevan a mi mejor mitad y la hacen desaparcer como por arte de magia por un rincón que no veo bien porque el sitio es en forma de L. Nadie me mira. No hay revistas. Suena un disco de boleros instrumentales. La doña del refresco saca una bolsita de papel con transparentes cicatrices de exceso de aceite y empieza a llenarse la boca con pastelillos de carne. Mastica con la boca abierta. Una viejita de 90 años (me entero que está de cumpleaños) tararea la letra de los boleros y canta "90 años no es nada..." y se rie. Me retuerzo en la silla y dos alienígenas con permanentes rubios me sonríen desde un cuadro. La hija de la viejita (también doña en todos sus méritos) habla de su nieta. "Le gusta estar con las nenas mayores" dice. Me entero que estudia en CPN y que es "coquetona". La orgullosa abuela lo dice con un placer del carajo. Aplausos, pienso yo: la niña va a ser puta. La gordita de los pastelillos de carne sigue comiendo mientras se desliza por la silla con las piernas abiertas y me pregunto cómo pueden caber tantos pastelillos en una bolsita tan pequeña. La viejita de 90 años pregunta qué pasó con sus dientes. Comenta su hija que la besaron por primera vez el día antes de su boda. "Que pérdida de tiempo" dice. Todas ríen al unísono taladrándome el tímpano cruelmente y las ganas de salir corriendo se me tornan casi incontrolables. Un gran letrero en la pared dice que hay que depositar 60 centavos para usar el teléfono. Lo busco y lo busco: no hay teléfono. La de los pastelilos saca otro más y pienso que estoy alucinando y que el olor a "biuti" me hizo daño. Me llaman y ayudo a la cumpleañera a llegar a su auto. En el camino me llama galán, me planta dos besos y me invita a su fiesta de cumpleaños. Entro y me llaman otra vez. Un esperpento con gafas me sienta en una silla necesitada de aceite y procede a cercenar mi cabellera. Todo termina y salimos del lugar dejando atrás las sillas verdes, los pastelillos de carne y la risa de las cacatúas. La realidad me recibe con un bofetón y me doy cuenta de que es posible visitar otros mundos. Ahora tengo menos pelo y un pavor a los "biutis" que arrastraré el resto de mis días...

sábado, 10 de marzo de 2007

A veces recuerdo Nueva York

Sube el tufo a rutina desde el suelo y repta por mis fosas nasales hasta clavar sus tentáculos en mi cerebro. Alarga un apéndice frío que llega a mi centro como la nariz de un proboscidio mutante y asesino. Comienzo a sufrir de un estado crítico estomacomental. Cuando empiezan a presentarse los primeros síntomas de las convulsiones saco una jeringuilla llena de aceras grises y me la clavo en el brazo sin pensarlo. Un recuerdo de Nueva York me llena de calorcito y van retrocediendo las garras de la costumbre ante el poder del aliento blanco de la ciudad que escapa por las bocas del metro. Me invaden la cabeza unas escaleras kubrickianas con surreales espejos en el techo. Escucho una conversación entre ratas. Un barquito imaginario navega un charco negro entre los rieles del metro y sueña con el mar. Recuerdo soledades de aluminio a las que se aferran los zombies del vagón sin tocarse. Una calle me llama. Un comediante enano que habla en el sótano de una calle sin nombre me arranca la última sonrisa que me quedaba en el sistema. Entro en la nota azul y unos rizos vestidos de mujer me cantan cómo veían llover la otra tarde y unas gafas negras con trompeta me disparan signos de interrogación. Vuelvo al hotel atando los sueños rotos que me agobian a los postes antes de caminar por los pasillos que mataron el tiempo. Siento la sangre eléctrica de la ciudad fluyendo en su eterno vaivén mágico bajo mis pies y abro los ojos. La realidad regresa como una zambullida en el Ártico y bostezo. Reviso la cajita y veo que me quedan unos cuantos recuerdos de Nueva York en el fondo y sonrío. Mañana es otro día.

sábado, 3 de marzo de 2007

Ligeramente fuera de contexto


El pasado miércoles, 28 de febrero de 2007, asistí a una mesa redonda con el periodista y musicólogo Jaime Torres Torres de El Nuevo Día. Discutimos sobre el foro de reggaetón que se ofrecerá el jueves 7 de marzo en la UPR de Carolina y en el que, soreprendentemente, me pidieron que participara. Ni que decir hay que todo lo que dije fue sacado ligeramente de contexto, además de que es muy difícil sacar un solo elemento de mi tesis para trabajarlo como un elemento independiente, máxime cuando mi tesis se fundamente en "elementos de cohesión" del discurso. En fin, aquí les paso la nota y la foto. Marco la parte más importante (este es MI puto blog).



En los recitales de poesía que se celebran en el Recinto de Carolina de la Universidad de Puerto Rico, los estudiantes escriben y declaman sus versos con las rimas y el ritmo del reguetón. Ese es el lenguaje del presente.
Y reconociendo en la expresión urbana un valioso método de enseñanza e instrumento de trabajo en el salón de clases, varios profesores del Departamento de Español presentarán el foro reguetonero “Metáforas y avatares de la lírica contemporánea”, el próximo jueves, de 10:00 a.m. a 2:00 p.m., en el auditorio de la institución académica.

“Queremos tener un acercamiento con la comunidad estudiantil, porque este tema ha sido tratado desde la marginalidad, cuando es el discurso representativo de esta generación”, señaló la profesora Mayra Encarnación, coordinadora del ciclo de conferencias.
Alrededor de cuatro mil alumnos componen la matrícula del recinto carolinense de la UPR y la mayor parte ha adoptado, como parte de sus estilos de vida, la jerga y el “flow” del reguetón.
Las actividades culturales amenizadas por raperos siempre son un éxito. Y como el reguetón ha germinado en la cultura universitaria, la intención del foro es presentar su lado positivo e instar al pueblo a conocer la expresión para comprenderla y entonces formular una valoración justa.
Explorarán, cómo, tras la censura y la represión de sus inicios, hoy los medios de publicidad lo utiliza para persuadir y manipular hábitos de consumo.
Aunque no todos los académicos validan la creatividad del reguetón, la facultad del Departamento de Español del Recinto de Carolina sí se convence de que enriquece la construcción y la forma en que se utiliza el lenguaje en Puerto Rico.
El reguetón ha establecido nuevos vínculos semánticos.
El jueves el sicólogo Oscar Carrasquillo y la profesora Gloryfé Santiago sustentarán su tesis al dictar la conferencia “Margen, palabra y transgresión: Residente Calle 13”.
En su análisis de la obra de Calle 13 utilizarán como muestras las canciones ‘Se vale to’ y ‘Tu mai es la gorda’.
“Con las palabras que usa, lo que hace es transgredir las convenciones sociales y apartarse del discurso convencional para crear uno totalmente diferenciado en el que él se identifica y a la misma vez identifica al grupo al que se cree que pertenece”, explica Santiago al señalar que el Residente Calle 13 es voz de la marginalidad mientras Carrasquillo explica que en ‘Se vale to’, el artista manifiesta que “tiene permiso para hacer lo que le dé la gana”.
¿Por qué Calle 13 y no Don Omar?, le preguntamos. Porque apela a un grupo social marginado, cuando realmente se origina de otro más aventajado, explican los profesores al sustentar que dicho contraste lo hace más atractivo que otros artistas.
En la disertación “Rómpeme el bumper: metáfora del auto en la lírica del reguetón”, la profesora Judy Ann Seda planteará que en la expresión, de una manera muy hábil, se utilizan las figuras retóricas de la jerga automotriz (gasolina, tanque, etc.) y felina (gata, etc.) como medio de expresión.
El auto es una metáfora del uso y el desgaste que comparan con la figura de la mujer. Muchas chicas no han descifrado semejante código y, según los académicos, cuando lo descubren se acercan a la expresión con mayor pensamiento crítico.
“Es traer un poco por los pelos a César Vallejo y Fray Luis de León, es la forma que usamos para que entiendan esos conceptos. Es bien interesante porque las mismas niñas nos dicen que lo bailan y lo disfrutan, pero sin darse cuenta de su contenido. Es una innovación en términos de lenguaje y de creatividad, independientemente de si estoy de acuerdo o no con lo que plantean”, explica la profesora Seda, al reconocer -a preguntas de El Nuevo Día- que denigran a la mujer, pero que las respeta por tratarse de una expresión generacional.
En la mesa redonda coincidieron que en un pasado, géneros como la salsa y el merengue denigraron sexualmente la imagen de la mujer y promovieron el machismo y la violencia hacia el género femenino.
Ismael Rivera dijo: “si te cojo coquetéandole a otro un piñazo en un ojo te voy a dar”. Y Lalo Rodríguez cantó: “he mojado mis sábanas blancas, recordándote”. El molde, coincidieron, es repetitivo.
De otro lado, el estudiante graduado Gabino Iglesias, un investigador del marco geográfico del reguetón, probará más allá de toda duda razonable que la expresión se originó en Panamá, en voces como las de El General y Nando Boom, como recientemente afirmó Rubén Blades.
“Crece y se desarrolla en Puerto Rico, pero no tiene patria ni tiene religión. Las primeras pistas que usaron los raperos de aquí eran robadas de El General y de Nando”, sostuvo Iglesias.
En su conferencia, Iglesias demostrará que la salsa es la geografía del reguetón. A semejante conclusión llegó tras concluir la investigación de su tesis de maestría, “La salsa tiene la clave y el reguetón tiene el bajo”.
“¿La invención de vocabulario de Tego Calderón no será algo que vio en el espejo de Marvin Santiago? Marvin ya lo hacía cuando decía: “bayamóntate, barranquítate y vegabájate”. Estamos “resemantizando” y recreando el lenguaje desde otro punto de vista”.
En la serie de conferencias se analizarán las estrategias lingüísticas empleadas por los raperos y las raíces e influencias musicales del reguetón, una expresión generacional de la cultura popular.
Probarán que su autenticidad, la de los días del “underground”, ha sido trastocada desde que las grandes multinacionales intervienen en su publicidad y mercadeo.
Nació en la calle y su producción se origina en la discoteca, por la discoteca y para la discoteca.
Los académicos no emitirán un juicio en torno a si canciones como el ‘Tango del pecado’ son dañinas o no; aunque reconocen que es “una provocación” y “un sacudir el avispero”, según el sicólogo Carrasquillo.
“El saber necesariamente no está en la academia”, dijo.
La crudeza de la expresión, señaló la moderadora Beatriz Ramírez, podría ser intencional.
El reguetón, coinciden los profesores de español, es la huella de lo que somos.
Los raperos cuentan la parte de la historia que la historiografía oficial no quiere contar.
“La intención es que vean que hay otras maneras de ver y acercarse al género”, concluyó Ramírez.