lunes, 21 de julio de 2014

Fucking Franco: A Francopera in Three Acts

Act I

With a belly
full of vodka
I try watching 
a brainless movie
Jason Statham
kicking ass
as usual
and you're there 
with an awful accent
and I shake my head 
think "Fucking Franco."

Act II

I go online 
to be words
to drink words 
to read words
about a world
gone to shit
about love
and hate
and murder
and you're there
always
this time
they're publishing 
a book of poems
POEMS!
by you
hahaha
My laughter
sounds
like Werner Herzog
crying
and I feel 
like that time 
I thought 
my Amazon ranking 
depressed me
and then 
I saw yours
And I look at my shelves 
full of poets
good ones 
and I shake my head 
think "Fucking Franco."

Act III
I meet a girl
she looks broken
mean
sour
perfect
we talk
I say books
name authors
geek out
she says
my MFA this
my MFA that
my professor knows
things
many things
I love James Franco
I think
That pervy douche?
Why?

I say bye

and I get mad
hate you a little
dislike you a lot
without any excuse to do so
(except the ones I know are true)
only because
you are movies
you are bad directing
you are selfies
you are books that shouldn't be
you are news
you are alt lit
you are all lit
you are ego
you (think you) are a god
you are PhD
you are theater 
you are everywhere
you are shirtless
you are meta
you are fucking
James Franco
and we all live in your world

Wait
except some of us
Actually
Fuck you, James Franco. Fuck you.  

domingo, 13 de julio de 2014

Buscapié: Bandwagoneros



Aquí les dejo la columna de hoy que, como muchas otras en los últimos meses, no se publicó en la versión digital del periódico. 

Bandwagoneros
por Gabino Iglesias

            Bandwagonero. El término viene de "bandwagon", el concepto utilizado en Estados Unidos para nombrar cualquier cosa a la que muchos se unen en calidad de fanáticos (o expertos) sólo porque parece estar de moda. En muchos casos, los bandwagoneros son la razón por la cual algo cobra relevancia. En fin, el asunto es un uróboros (pseudo)cultural bastante deprimente, pero el punto importante es que la mayoría de los puertorriqueños son bandwagoneros.
            Ahora es fútbol y parece que al grupo de apasionados regulares les molesta, pero puede ser boxeo, política, música o cualquier otra cosa. El boricua se suma como gota de agua a lo que sea que esté cerca del epicentro (aunque sea sólo percibido) del ojo público, y eso no es nada malo. Que somos el país del baile, la botella y la baraja es un hecho histórico y es bueno añadir de vez en cuando un poco de variedad al asunto. Si todos se cantaban fanáticos de Brasil en el Mundial, hoy se ponen camisetas de la selección Argentina para el partido final y mañana lunes se olvidan del fútbol para pasar a otra cosa, ¿que daño hacen?
            Es fácil criticar a los opinionados mal informados, a los fanáticos de cartón y a los que llevan ser veleta como bandera de sus gustos, pero hacerlo es negarles el derecho a disfrutar, aunque sea momentáneamente, de cosas que no tienen dueño. La vida en Puerto Rico puede ser una larga letanía de asesinatos, tapones, políticos ineptos, facturas deprimentes, presiones y depresiones. Para escapar de eso hay una multiplicidad de eventos, figuras y novedades que sirven de paliativos gratuitos. Eso es bueno, y aprovecharse de ello cuando todo lo demás huele a basura y sabe a tamarindo es perfectamente excusable.
            El puertorriqueño es bandwagonero, pero subirse en el tren de los que los detestan es de bandwagoneros. Recuerda aquello que tu madre te enseñó sobre compartir con el prójimo.