sábado, 29 de marzo de 2008

Sábado en la mañana

Sábado en la mañana y siento que me invade una melancolía incorregible e imparable que se va desdibujando como una ciudad. Un sentimineto sonoro que va pintándose de edificios grises que pellizcan el cielo. Una ciudad que respira con el aliento de las alcantarillas. Me siento lleno de recuerdos transeúntes y a la vez vacío. Hoy tengo síndrome de aeropuerto.
Saco la primera capa y encuentro el remanente subconsciente de haber pasado un viernes en la noche en casa: colgando de mi brazo izquierdo como el reloj que va marcando mi destiempo, la ciudad de Nueva York y, tatuado en el derecho con la tinta indeleble y rojiza del recuerdo grato, la ciudad mágica de San Juan donde se desdobló el pasado cuando era presente. Agonías de sábado en la mañana, recuerdos de antros oscuros que quedaban tan cerca de Ítaca que la vellonera no era más que un rumor lejano. Amén.

martes, 18 de marzo de 2008

300 palabras prohibidas

"Las palabras son traiciones de alto vuelo", dijo el gran Fito Páez. Yo digo que las palabras sólo tienen dos opciones; decir todo lo que quieres que digan o mentir y perderse en la noche sin nombre.
Como ustedes saben, el periódico El Nuevo Día sólo publica colaboraciones de 300 palabras. En este caso, mi columna quedó perdida en el timepo y no se publicó porque carece de simpatía y le sobra humor negro. Es una lástima. De todas formas, este es mi blog y aquí publico lo que me da la gana, así que pondré aquí lo que no me dejaron decir en otro sitio. La entrada se la dedico a María Gil Bravo y a su medio limón y mi consorte radial Jorge Gutiérrez, hermanos de lucha y opinionadas voces del futuro. Que vivan los buitres y la libertad de prensa.


Mataperros
Por: Gabino Iglesias
El año pasado, el seudoartista costarricense Guillermo Vargas, alias Habacuc, agarró un perro callejero, lo ató con una cuerda a la pared de una galería de arte y lo dejó morir de hambre y sed.
Ante tan atroz acto de crueldad, los inservibles rastrojos humanos, es decir, el malgasto de espacio, órganos vitales y piel sana que, en pleno apogeo mamón avant-garde fueron a ver el cruel asesinato no hicieron el más leve gesto por impedirlo.
Ahora la blogosfera, los correos electrónicos y hasta Facebook están llenos de peticiones para que el acto no se repita. Y es que los impedidos mentales que preparan la otrora reconocida Bienal Centroamericana de Arte decidieron, en demostración de su infinito intelecto, moral, ética profesional y grado de humanidad, invitar a Guillermo Vargas a su edición 2008 para que repita la deleznable acción.
Pero sucede que no soy partidario de la acción pacífica/digital cuando se trata de asesinos de animales indefensos. Por lo tanto, presento a continuación una serie de “performances” (que fue como el artistucho describió su matanza injustificada) que me gustaría presentar a mí con el nombre artístico de Fokit:
1- Atar a Vargas a una pared y dejarlo morir de hambre (carece de originalidad pero le sobra dulce ironía).
2- Encerrar al energúmeno en una habitación pequeña con 200 defensores de los derechos de los animales empuñado cortaúñas y que lo conviertan en picadillo a cortauñazos que luego tendrán que ingerir en un banquete de gala los organizadores de la Bienal.
3- Agarrar al mataperros y darle golpes a la pared de la galería con su cabeza hasta que quede una pulpa rosácea postmoderna impresa en la pared.
4- Disfrazar a la policía de payasos y que se líen a tiros con todos los que vayan a ver el susodicho “performance”.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Siete pecados "nuevos"

Jamás digo jamás, pero jamás he pretendido guardar en secreto el hecho de que, ante la presión social de contestar a preguntas clásicas y malintencionadas, soy una batería AAA: ácrata, ateo y anarquista. Pero ahora resulta que, ante la práctica común de presentar nuevas versiones, productos mejorados y últimos gritos, o alaridos estridentes, de lo que sea, la Iglesias ha decidio no quedarse atrás y nos ha regalado siete nuevos pecados. Repasemos. Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia eran los siete originales que dictó el Papa Gregorio I hace 1,500 años. Claro está, estos han pasado a ser parte integral de un domingo en familia, una reunión de carácter religioso (¿quién más enfermo y comelón que un cura?), una película cualquiera, son la base de las comunicaciones y la hegemonía publicitaria y han sido deconstruidos por Fernando Savater y algunos escritores más hasta la saciedad. No hace falta aclarar que su adaptabilidad era nula y que su evolución ya tocaba: hacía falta una revolución. Obvio, en el plano de las nuevas administraciones ya habían cumplido con la puesta en escena de un nazi como nuevo Papa; ahora le tocaba un retoque de pintura a los pecados.
A continuación los siete nuevos y relucientes pecados recién salidos de la intrincada y enferma cabeza del loco religioso de turno y la breve deconstrucción inquisitiva de este humilde servidor:
1- No realizarás manipulaciones genéticas: dirigido a todos aquellos que tengan un laboratorio genético en la marquesina de su casa.
2- No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones: terminantemente prohibido el avance ciéntífico que entra en debates éticos y morales, encontrar la manera de durar más, la cura del cáncer y la vacuna del sida. Me intriga qué dirán las farmacéuticas al respecto.
3- No contaminarás el medio ambiente: coño, por lo menos uno de los siete tenía que tener sentido y utilidad.
4- No provocarás injusticia social: este, necesito que alguien me lo explique. Supongo que significa que en el Vaticano son socialistas, aunque sus acciones previas no denotan afiliación a ese ideal político en absoluto.
5- No causarás pobreza: pido perdón por los niños con hambre, la gente sin zapatos, el desastre que hay en África y la miseria del mundo. También pido perdón por que los hijos de puta de las multinacionales no reparten el bizcocho. Deduzco que está de mi mano causar la pobreza, lo que pasa es que nunca me había dado cuenta.
6- No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común: todas esas criaturas que se mueren de hambre, los que pasan frío en la calle y los que trabajan como burros para poder poner un pedazo de pan duro sobre la mesa nunca pecarán de esto. Del mismo modo, ni la Coca-Cola, ni la Nike, ni la Microsoft tiene una décima parte del amasijo impensable de billetes que tiene los del Vaticano. Si hay una empresa rica en el mundo, esa es la Iglesia Católica. Esto si que manda cojones, han redefinido el predicar la moral en calzoncillos, los pobres muertos de hambre con voto de pobreza.
7- No consumirás drogas: con este axioma queda anulada de una vez y por todas la incómoda estupidez esa del libre albedrío. No te peines de cierta forma, cuida tu cuerpo de la manera en que te aconseja la Iglesia, no bebas, no fumes, no entrenes, no mires televisión, escucha sólo música religiosa, no te rasques los pies en la cama, no te tatúes, no mires mal al vecino (lo de mirar bien a la mujer del vecino ya estaba cubierto) y nada de usar drogas (en toda su multiplicidad de versiones, colores, sabores y formas, legales e ilegales, de consecución).
Ahí están, que genios son y que Dios nos coja confesados.

domingo, 9 de marzo de 2008

Algunas veces, algunas frases

Los lectores ávidos, los irredentos, los maniáticos, es decir, los que tenemos que leer todos los días algo o nos entra un ataque de desesperación, solemos toparnos de vez en cuando con frases o conjuntos de éstas que parecen haber sido escritas para nosotros. También puede darse el caso de que nos identifiquemos con un personaje y su forma de pensar. Pero hay unas pocas veces en que una frase o diminuta conglomeración de ellas nos cae o caen como anillo al dedo y hasta parece definirnos de manera sublime y directa. Esto se debe a diversos fenómenos de la casualidad que no entraré a discutir en profundidad en este espacio; baste con decir que hay frases que se nos clavan, cuya belleza y contacto con todo lo que somos nos llega directo al corazón por una multiplicidad de razones.
En este caso de trata de una novela de John Le Carré que me tomo la libertad de traducir para este blog en pos de que se alce como bandera de la buena literatura y elemento identitario de este pequeño espacio.

"¿Es él un anarquista? Eso dependerá. Para ser un anarquista uno debe retener un tenue ápice de esperanza. Para nuestro recién ungido misántropo, el nihilismo se acerca más a la marca."