jueves, 2 de diciembre de 2010

Carta abierta a Residente Calle 13

Residente Calle 13:

Saludos desde el exilio autoimpuesto. Mi nombre es Gabino Iglesias y soy escritor y estudiante doctoral. Como músico, confieso que nunca fui fanático de tu trabajo. Como puertorriqueño, me he negado sistemáticamente a aceptarte como referente de mi cultura. Como escritor y estudiante empedernido, se me ha hecho fácil deconstruir esa narrativa de la que tan orgulloso estás. Lamentablemente, tras someter tu discurso a ese doloroso proceso derridariano, mis hallazgos distan mucho de cualquier cosa que pudiese explicar o excusar ese orgullo hermético que presentas cada vez que hablas de tus letras o tus discos.

No estoy diciendo que no me haya disfrutado tu canción de Querido FBI dentro de aquél contexto histórico/político o que me parezca mal que te metas con políticos periqueros; lo que digo es que debes abandonar ese narcisismo injustificado del que haces alarde tan a menudo. Te explico: te han citado (y yo te escuché decirlo en una entrevista) dando tu opinión de ti mismo: “Yo soy un tipo inteligente.” Puede que así sea, pero ser inteligente es como ser fuerte o ser una señorita: si tienes que decirlo, probablemente no lo eres. Además, lejos de haber hecho pensar a una generación de descerebrados que eres lo máximo en contracultura, tu gesta intelectual deja mucho que desear.

Tengo pleno conocimiento (en parte porque siempre andas diciéndolo y tus seguidores lo usan como escudo para separarte del resto de los reggaetoneros) de que posees una educación universitaria. De hecho, tu binomio universitario incluye una maestría en cine: te aplaudo. Por otro lado, pavonearse, o dejar que lo hagan otros, de una educación adquirida en una pequeña universidad sin ranking en el estado de Georgia me parece un poco absurdo. Además, usar tu educación como arma para probar tu capacidad intelectual me parece una movida reprochable. En mi humilde opinión, el desarrollo intelectual debe venir acompañado de la humildad intrínseca y las ganas de educar que deben ser bandera de todo intelectual orgánico. Si no sabes de lo que hablo, lee a Gramsci, aunque no me cabe la menor duda de que, como el acérrimo crítico de la superestructura político-ideológica imperante que te cantas, conoces bien toda su obra.

En caso de que lo antes expuesto sea confundido con una opinión infundada (cosa que dudo), me tomé la libertad de transcribir los primeros treinta segundos de la entrevista en la que haces alarde de tu coeficiente intelectual y de tu narrativa “elaborada.”

Comienzas diciendo: “De mi parte yo siento que…mi parte de las letras…la narrativa…este…está más elaborada…” Por lo general, la elocuencia producto de una inteligencia privilegiada, máxime en el caso de los escritores, los mantiene lejos de muletillas como “este.” Luego dices: “la siento que está mejor hecha…este…también estaba como que más consciente de lo que estaba pasando, de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor…no es que antes no lo estaba pero ahora lo estoy más y cada vez que pasa el tiempo voy aprendiendo más…” ¿Otra vez la muletilla? Además, ¿estabas más consciente o no? Esa barrabasada de “como que” lleva a la confusión y no añade nada a tu discurso: di lo que quieres decir y en paz. Por último, me parece que querías decir “a medida que pasa el tiempo,” ¿no? Si aprendes más cada vez que pasa el tiempo, cosa que ocurre constante e inevitablemente, a estas alturas Einstein sería un palurdo a tu lado.

En otro punto de la entrevista dices que el coro es “la parte más importante de cualquier tema”…eso díselo a Bob Dylan, tu amigo Rubén Blades, Silvio Rodríguez o Tom Waits, algunos de los más grandes cantautores de la historia: todos han escrito canciones sin coro. Otra joya es la corta frase “como te vuelvo y te digo.” Esa sólo da risa y desmantela cualquier castillo de arena intelectual que puedas haber construido a base de joyas literarias como “atrévete-te-te” o “solamente va a haber un solo Residente Calle 13” (un poco redundante, ¿no?). Lo demás me lo dejo en el tintero por aquello de no aburrir; ya hice más de eso en mi tesis de maestría.

Con el resto de la entrevista no me voy a meter. Creo que mi punto ha quedado claro. Sólo me resta decir que ese discurso de rebelde antisistema te queda un poco grande. Meterte con políticos no es nada que no haga yo desde mis columnas de opinión. Muchos otros los hacen desde sus libros, cuadros, películas y canciones…sin tener que usar la palabra mojón siete u ocho veces. Haz tus videos, demuestra esa enredada lengua que tan letal e intelectual imaginas en las ruedas de prensa y sigue apoyándote en la misma fórmula: rima forzada, chiste fácil y crítica superflua.

Como esta carta no nace por envidia, rencor o algún problema personal tras bastidores, debo también felicitarte por tu éxito rotundo (al que yo no he contribuido) y mencionar el loable hecho de que, en algunas ocasiones, has usado tu fama para cosas productivas como ayudar a los indigentes en Miami y apoyar a los estudiantes de la UPR durante la huelga. Claro está, eso no despinta lo antes dicho: tu discurso está tan vacío como los “geniales” coros de tus temas y eres tan “rebelde” como las chicas de la homónima novela. Hasta siempre.

Gabino

1 comentario:

mariano cocimano dijo...

"lo demás me lo dejo en el tintero por aquello de no aburrir; ya hice más de eso en mi tesis de maestría."
Hola, veo que tu también haces alardes de tus títulos.