miércoles, 2 de septiembre de 2009

Coney Island

El mentiroso adivino de turno prometió en las noticias que mañana la temperatura sobrepasará los 100 grados otra vez. La piscina de abajo cada día está más verde y las ardillas beben de ella sin efectos secundarios. El espacio vacío sólo puede llenarse con buena música. Van Morrison lleva de la mano unos violines que intentan sacarme lágrimas de los ojos. Escribo porque es lo único que queda cuando la certeza de que afuera hay un mundo entero emepieza a flaquear.
Hace demasiados años que no piso Coney Island. Aquella tarde gris tuve cerca a alguien que me tomaba de la mano y me dejaba cantar las palabras de Tom Waits: "She´s my Coney Island baby... she´s my Coney Island girl." Ahora todo lo que ha pasado desde ese día hasta hoy parece un suspiro ante el puente mágico que una canción puede tirar entre dos puntos lejanos en el espacio.

"I look at the side of your face as the sunlight comes
streaming through the window in the autumn sunshine
and all the time going to Coney Island I´m thinking,
Wouldn´t it be great if it was like this all the time?"
- Van Morrison

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