viernes, 17 de febrero de 2012

Paranoia (palabras de otro tiempo)




En Octubre del 2006 Estruendomudo pidió que le enviaran relatos paranóicos. Siendo experto en la materia, envié lo que sigue. Se publicó el día 13 de Octubre de aquel año y el otro día me topé con el. Le precede al blog y por ello me pareció adecuado compartirlo.


Todas las tardes en el mismo sitio. No es sólo uno, son todos. Una interminable colección de pupilas epilépticas que me acosan, me persiguen, hurgan mi pensamiento y juzgan mis acciones. El tecato de la esquina me mira como si yo no supiera que me espía. Juro que oigo los amarillos callos de sus pies descalzos mientras se cocinan encima de la brea caliente: sé que anda descalzo sólo para joderme. El señor gordito ese del café con la sonrisa socarrona que me mira todas las mañanas cuando compro mi desayuno es desesperante. El policía que me mira mal desde su intocable patrulla me clava su prepotencia salada en el trasero del alma. Mi jefe revisa todo lo que hago con la peor de las malas leches. Los que llaman a mi celular bloqueado y cuelgan son cobardes que me exasperan. Sé lo que piensan todos ellos, y ellos lo saben; saben lo que pienso y por eso me miran así. No me hablan pero siento sus miradas como viscosos insectos sobre mi piel. Tengo algo guardado para todos ellos. Llego a casa y me acosan las sombras, los sonidos, las pocas fotos que quedan en las paredes que me miran. Tras la putrefacción colorida del enfermo crepúsculo de turno me reconozco nuevamente víctima de la carne insomne y me aferro al bien venido silencio de las noches. Busco la forma de inyectarme la soledad y no encuentro jeringuilla mientras peleo con el demonio que sale del vaho del cristal por el que miro la calle de abajo, esperando que lleguen a buscarme finalmente. El saber que saben me resquebraja, pero no me rendiré. No me quitarán las palabras, no me harán desaparecer. He sido ignorado más veces de las que puedo recordar. Ahora me revuelcan las entrañas con un palito y quieren saber quién soy, beberse mi angustia, entenderme, robarme hasta la lluvia. No me atraparán vivo.

La imagen pertenece Chris Mars, un artistas por el que estoy desarrollando un gusto malsano.

domingo, 12 de febrero de 2012

Buscapié: Mono

Aquí les dejo un poco de caña dominguera. Un saludito a los cientos de individuo que han caído en el blog por equivocación mientras buscaban fotos de las tres respetables damas mencionadas en la entrada de abajo (tener el gusto enroscado en el esfínter no debe ser muy cómodo). Por último, un abrazo al Maestro en sus cincuenta y trece: eres grande, Sabina.

12 de febrero de 2012
Mono

Gabino Iglesias

El lagartijo trepa sin prisa mientras el sol caribeño acaricia su espalda. De pronto, un sollozo preñado de angustia llega a sus tímpanos. La curiosidad le carcome y el esferodáctilo se lanza en busca del compungido ser del que proviene el gimoteo.

Tres ramas más arriba, un simio llora con la cabeza entre sus hábiles dedos.

“¿Qué pasa, mi querido primate, por qué lloras así?”, pregunta el pequeño reptil.

“Ay, amigo, lloro porque siento que se acerca mi final”, responde el cariacontecido de los dedos oponibles. “¿Ves aquella manada de ahí abajo?”, le pregunta el mono al lagartijo mientras señala a un grupo de hombres que rodean una jaula. “Esa panda de animales intenta capturarme para no sé qué nefasto propósito. Llevo algunos días comiéndome la fruta que me dejan para hacerles sentir bien, pero los humanos no sólo son las bestias más dañinas, sino también las más tercas y me parece que no descansarán hasta verme tras las rejas”, explica el mico entre gemidos.

“¿Y eso qué tiene de malo?”, pregunta el lagartijo, dejando claro que los temas de bípedos le importan poco.

“Yo soy mono, colega, no chivo expiatorio”, responde el mono. “Si estos animales me atrapan, me pasearán delante de la prensa con tal de que la gente se ría de mi desnudez y no de la enmienda al plebiscito. Ellos dirán que soy más salvaje que el ‘despistado’ que intento hacer bucear su vehículo. Te apuesto los guineos que quieras a que me tildan de plaga igual que le han hecho a las iguanas: ¿no ves que prefieren distraerse conmigo a enfrentar la cruda realidad de un Capitolio atiborrado de zánganos, pirañas y gusanos, centros comerciales repletos de cerdos, vacas y buitres y unas calles donde pululan seres con la voluntad, el arranque y el discurso de una babosa?”

El lagartijo quiere consolar al mono, pero ante la verdad no hay palabras que valgan. A diferencia del cocodrilo, el lagartijo se pone a llorar lágrimas de verdad.

n El autor es estudiante doctoral.

Pueden leer el original aquí.

lunes, 6 de febrero de 2012

Carros acuáticos, agua de mar y las tres hijas favoritas de dios.


De vez en cuando el periódico se llena de historias que tengo que intentar desenmarañar intelectualmente para evitar que la afección cutánea que me provocan en el área testicular me llegue al cerebro. Este fin de semana desembocó en un lunes preñado de joyas. Vamos al mambo.

1. Víctor M. Carrasquillo es un hombre que se sienta a tomar cerveza sobre sus propios testículos. Este individuo se las ingenió para depositar un Infinity G20 color gris en el fondo de, como dice El Nuevo Día, "las aguas que conectan a la bahía de San Juan con la laguna del Condado." Víctor reaccionó como cualquier otro conductor promedio: salió del agua, se sacudió y se largó a su casa sin reportar un carajo. Cuando la policía logró sacar del agua el automóvil forzosamente convertido en animal acuático y localizó al dueño por la tablilla, Víctor les soltó un: "Cool...yo lo busco...mañana." Ahora tomen un segundo para recapitular. Bien. Este sujeto no tiene huevos, tiene criadillas que causaría envidia en un toro de lidia. Hoy Víctor se comprometió a pagar los daños y, dado que no se le realizó una prueba de alcoholemia cuando tuvo el accidente y no lastimó a nadie, no hay razón para meterlo preso. Como mínimo, el tipo andaba borracho y con la chilla, por lo que no llamó a la policía. Como máximo, cualquiera que se puede dar el lujo de ahogar un Infinity y que le importe un triunvirato de carajos es alguien que se dedica a la venta de ese bien de consumo conocido como la caspa del diablo. Yo digo que lo metan preso ahora y que busquen una razón válida, que de seguro la hay, después.

2. Luís Méndez Rodríguez es casi tan genial como Víctor: se las ingenió para salir a pescar en Mayagüez y 20 días y 750 millas náuticas después apareció en Colombia. La historia no me queda clara. No ha dicho la prensa si tenía remos, qué le pasó al motor, si se quedó sin gasolina, etc. El punto es que el viaje es largo. Ahora Luís alega que tuvo que comer pescado crudo con refresco (que suena a almuerzo de sushi) y que tuvo que beber agua de mar. El agua de mar, sin entrar en aburridos detalles o citar múltiples libros, mata. Beber sal cuando se tiene sed sólo lleva a una deshidratación más rápida. Además de que las notas siempre dicen poco, voy a esperar a que Luís regrese antes de emitir un juicio final: si escribe un libro y cobra por las entrevistas, es un ganso; si no, es un mal marino con mucha suerte.

3. Esto dijo el Primera Hora: "Un día Dios puso en el corazón de Noris Díaz “Taína” que llamara a sus ex compañeras del desaparecido programa No te duermas, Diana Castro (Tábata “la Reina del Tubo”) y Marjorie Núñez (“la Reina del Lap Dance”)–quien fuera tiroteada de gravedad el 10 de mayo de 2010– para que juntas ofrecieran su testimonio de conversión en ánimos de despertar la fe en otros feligreses de la iglesia." Aunque me parece que la cita ya provee suficiente material como para provocar risa en el más infeliz de los individuos, voy a decir un par de cosas.
Para empezar, soy un ateo feliz, pero estas cosas me dan ganas de ser un cristiano pasional para poder gritar y darme puños en el pecho. Ahora mismo hay un padre de familia que perdió el trabajo, no puede darle de comer a sus dos hijos y su esposa tiene cáncer. Este sujeto lanzó la biblia a la basura y alzó al cielo sus dos dedos del medio. Tres mujeres que se ganaban la vida haciendo alarde de sus carnes, hoy se dedican a predicar cuán bueno es su dios: para mi es pura comedia, pero para otros es una falta de respeto.
Si crees en un dios intervencionista, piensa en esto: casi 16,000 niños murieron de hambre hoy. Otro tanto murió ayer y la historia se repetirá mañana. Aproximadamente 7.6 millones de personas mueren cada año por culpa del cáncer. Hoy hay un sinnúmero de enfermos que no pueden pagar medicinas. Se estiman que en África una mujer es violada cada 17 segundos. Puedo seguir nombrando atrocidades, pero espero que baste con esas. Por suerte, tu dios intervencionista se está encargando de las cosas que de verdad importan: que Marjorie camine otra vez! Estas tres mujeres ayudaron a expandir el glosario puerrorriqueño porque cochofle, gorbejo y putifleje se quedaban cortas a los ojos de los "pop-culture connoisseurs" que se veían en la necesidad de juzgarlas. Hoy, gordas, cojas y sidosas, estas tres individuas celebran el hecho de que tu dios sacó tiempo para tocar sus vidas mientras todas las personas que forman parte de las estadísticas ya mencionadas se joden por no haber nacido en el país correcto o no rendir culto a la deidad correcta. Si de verdad existe, tu dios tiene un sentido del humor mil veces más negro que el mío.

domingo, 5 de febrero de 2012

Libros: lo mejor y lo peor del 2011


El 2011 fue año duro en cuestión de lectura. Por un lado, fue el primer año en que en lugar de un trabajo tuve dos. Segundo, mi trabajo en el Austin Post me mantuvo fuera de casa y hablando con gente bastante tiempo. Por último, aunque me pasé por donde no me da el sol algunas de las lecturas, tomé tres cursos en los que se leía al menos un libro por semana. Con todos esos elementos fastidiando la ecuación, estoy bastante orgulloso de los 110 tomos que me eché al cuerpo/cerebro. He aquí lo mejor y lo peor del 2011 en temas literarios.

Lo mejor:

21. "The Murderer Next Door: Why the mind is designed to kill" de David M. Buss. En pocas palabras, un libro escrito por un reconocido psicólogo que prueba más allá de toda duda razonable algo que siempre he dicho: somos simples bestias con instintos asesinos que no se pueden suprimir con una corbata, vestidos de diseñador y cenas en restaurantes caros.

20. "Jimmy Plush, Teddy Bear Detective" de Garrett Cook. Pulp, noir y bizarro en una sola novela. Un detective privado atrapado en el cuerpo de una oso de peluche. De más está decir que la historia es a la vez cruda e hilarante.

19. "The curious case of the dog in the night-time" de Mark Haddon. No leo best-seller hasta que alguno me llama la atención y lo encuentro en Half Price a un dólar. En este caso, Haddon resultó ser un escritor original con una historia única. Tendré que leer algo más de su pluma antes de decidir si este libro fue el principio de algo grande o un golpe de suerte.

18. "Deviant" de Harold Schechter. Schechter es el biografo de asesinos en serie más prolifico que conozco (un extraño logro). En este caso le tocó a mi asesino favorito y al individuo al que tanto le deben la literatura y el cine: Ed Gein. En segundo lugar queda "Deranged," la biografía que escribió Schechter de mi segundo asesino en serie favorito, Albert Fish.

17. "Curse the Names" de Robert Arellano. Más que nada, esta es una novela sobre la locura y las consecuencias de una psiquis rota.

16. "15 Miles" de Rob Scott. Un perfecto ejemplo de lo que el neo-noir debe ser: rápido, violento, drogado y bailando entre la realidad y el colapso mental.

15. En el 2011 leí mucho bizarro, y sin duda alguna uno de sus mejores exponentes es Carlton Mellick III. Leí "The Haunted Vagina," "Apeshit" y "The Morbidly Obese Ninja" y todos comparten los mismos elementos: una acertada y cortante deconstrucción de las ridiculeces más notorias de la sociedad, mucho sentido del humor y la creación de mundos tan imposibles como entretenidos.

14. "Gates of Eden" de Ethan Coen. Lo confieso: esperaba menos del cineasta y su ficción me sorprendió. Escribir guiones no es lo mismo que escribir cuentos, y Coen hace las dos cosas muy bien en el libro. Ecos de Raymond Chandler y FX Toole abundan en su escritura.

13. "Down and Out on Murder Mile" de Tony O'Neill. Escribir lo que se conoce es lo que le recomiendan a los escritores y O'Neill sabe muy bien de lo que habla. Un libro oscuro y lleno de desesperación en el que el autor nos ofrece una ventana para espiar la vida de una pareja presa de la heroína.

12. "Getting Off" de Lawrence Block. Uno de los maestros de la novela negra y el thriller le da rienda suelta a su imaginación en el cuerpo de una asesina en serie. En mi reseña para HorrorTalk comparé el libro con un Ferrari...

11. "Érase una vez el amor pero tuve que matarlo," de Efraim Medina Reyes. Para poder entender a Medina Reyes, hay que leerlo. Poético, rebelde, simpático y con una voz única, el autor hace de este relato de amor el equivalente a una buena canción de rock: algo con lo que es muy fácil identificarse y que resulta tan atemporal como pertinente.

10. "As Fate Would Have It" de Michael Louis Calvillo. Simplemente una novela sobre canibalismo para gente inteligente. Si alguien la lee, me gustaría saber cómo discutirían en contra de la genial propuesta del autor fuera de un contexto religioso.

9. "Into The Wild" de Jon Krakauer. Christopher Johnson McCandless es un héroe para unos y un idiota para otros. Lo más interesante es que es fácil posicionarse en cualquier extreme del espectro y encontrar una plétora de puntos validos para defender dicha visión. En este libro Krakauer expone sin juzgar y ofrece una visión muy bien documentada de la vida de McCandless.

8. "Pregúntale al viento," del maravilloso John Fante, es uno de los libros que inspiró a Bukowski y, por lo tanto, lectura obligada para todo aquel que se cante fanático del genial poeta. Bandini, el personaje principal, es como un prototipo para los miembros del Beat Generation que vinieron después (la novela se publicó en 1939). Excelente relato lleno de humor negro, hambre y dolor. Este fue el primer libro que leí en el 2011.

7. The New York Trilogy de Paul Auster. La trilogía la componen "City of Glass" (1985), "Ghosts" (1986) y "The Locked Room" (1986). El volumen que leí contenía las tres y es prueba fehaciente de que Auster es un autor de autores. A ratos extraña y hermética, la trilogía no es material para lectores pasivos y requiere de buena memoria y mucha interacción con el texto para evitar que se convierta en una inescrutable amalgama de palabras.

6. "A Drink Before the War" de Dennis Lehane. Si tuviera que escoger ahora mismo al maestro de la novela negra en su estado más puro, me parece que Lehane y Ellroy pelearía por el título hasta la muerte (el ganador queda de la imaginación del lector). Un libro oscuro, violento, jocoso y entretenido. En segundo lugar queda "Coronado," una recopilación de cuentos cortos de Lehane que incluye dos obras de teatro.

5. "Baby's First Book of Seriously Fucked-Up Shit" de Robert Devereaux. En el 2011 leí tres libros de Devereaux: el que menciono arriba, "Walking Wounded" y "Santa Steps Out." Si algo me quedo claro después de cada lectura es el hecho de que Devereaux es único. Salvaje, original y brutalmente lírico aún cuando está hundido entre sangre y mierda, Devereaux es una voz para aquellos que buscan literatura cruda que les obligue a pensar.

4. "El Rey de la Habana" y "Tropical Animal" de Pedro Juan Gutiérrez. Poco me queda por decir de Gutiérrez que no haya dicho antes. El autor lleva a Cuba como una herida abierta en donde el dolor va siempre de la mano del hambre, las putas, la muerte, el eterno movimiento hacia la nada (cosa que me recuerda siempre a Puerto Rico) y el sufrimiento. Hay que leerlo sin importar que la academia lo llame escatológico o que los críticos digan que se repite a si mismo.

3. "Karaoke Death Squad" de Eric Mays. Probablemente el libro más jocoso que leí en el 2011. Una novela negra preñada de humor y con un personaje principal que no estaría fuera de lugar sobre una tarima haciendo stand-up. Karaoke, apuestas, alcohol, tres hermosas asesinas rusas, violencia. muerte y un grupo de amigos sacados de una pesadilla de Tarantino hacen de este libro una lectura obligada.

3. "Alas, Babylon" de Pat Frank. Lo que "Earth Abides" fue para mi en el 2010, este libro fue en el 2011. Una historia post-apocalíptica que explora sin tapujos lo mejor y lo peor de la naturaleza humana.

1. "Beyond the Valley of the Apocalypse Donkeys" de Jordan Krall. Escribir es una cosa y hacer bailar las palabras es otra. Krall ha escrito una novela que simultáneamente trata sobre todo y sobre nada. Definitivamente uno de los mejores libros del año.

Como siempre, hay algunos libros que merecen mencionarse: "Diary" y "Lullaby" de Chuck Palahniuk, "Carnal Surgery" de Edward Lee, "Singing from the well" del maravilloso Reinaldo Arenas, "Cadillac Jukebox" de James Lee Burke, "The German" de Lee Thomas, "Encancaranublado" de Ana Lydia Vega (llevaba años sin releerlo y me impresionó más que nunca), "Blood Society" de Jeffrey Thomas y "Fangboy" de Jeff Strand. Ahora toca el otro lado de la moneda literaria.


Lo peor:

1. "The Final Solution" de Michael Chabon. Cuando escuchas muchas cosas buenas sobre un autor, es imposible no desarrollar alguna que otra expectativa. En el caso de Chabon, a quien sin duda le daré otra oportunidad, esperaba genialidad y me topé con un libro que parecía una imitación de la prosa de Poe y que con frases bellas pretendía disimular una historia bastante tonta.

2. "Whargoul" de David Brockie. Este libro es la razón por la que me cuesta mucho leer libros escritos por músicos de rock.

3. "Geographies of Home" de Loida Maritza Pérez. Esperaba mucho y me dieron poco. Triste y real, pero también floja y un poco trillada. Demasiado larga y cansona. No tengo nada en contra de las historias cargadas de sufrimiento, pero en este caso lo que me hizo sufrir fue la interminable y repetitiva historia. Si quieren algo parecido pero mucho mejor, lean "The Farming of Bones" de Edwidge Danticat. Por desgracia, yo leí las dos y la comparación hizo que el libro de Pérez me pareciera aún peor.

4. "Hollywood Witches" de Thomas M. Sipos. Horrible...a menos que seas una chica de 13 años en busca de algo equiparable a Twilight.

5. "The Colossus of New York" de Colson Whitehead. Mientras leía las primeras 20 páginas de este libro, estaba seguro de que ocuparía un puesto en la lista de los mejores. Sin embargo, Whitehead se aferra a su formula y el libro se torna repetitivo. Un libro de ensayos sobre NY tiene mucha tela de donde cortar, y aquí se quedaron muchos de esos espacios sin explorar.

El 2012 pinta muy bien y con una enorme pila de libros por reseñar, no creo que tenga demasiados problemas con sobrepasar por mucho el número de títulos que leí en el 2011. Ahora compartan y díganme qué fue lo que más les gustó de lo que leyeron el año pasado.