lunes, 7 de junio de 2010

Redbox

El animal de dos patas deja su vehículo mal estacionado y camina hasta la misteriosa caja roja. Después de hacer una fila de mil demonios le llega su turno y se para frente a la pantalla. Ahora es el momento de explorar con calma todas las opciones. Un par de veces oprime el botón equivocado y el error lo lanza a la pantalla de inicio. La bestia controla su desesperación bufando y haciendo muecas. Unos diez minutos después el simio se decide y comienza a experimentar con los botones en pos de averiguar cuál de ellos es el que le permite escoger su película. Inevitablemente, la pantalla termina unas cuantas veces más en el menú principal. Cuando sale la película y el antropóide la toma en sus garras lo invade una sensación de vitoria.
Bien, lo que acaban de leer es mi pequeño recuento de un primate intentando sacar una película de un redbox, o sea, lo que he tenido que ver un par de veces mientras hago la fila.
¿De quién carajo fue la idea de poner un máquina que requiere un ápice de inteligencia? ¿Cómo se les ocurre dejar que las bestias de dos patas intenten usarla sin la supervisión de sus entrenadores? La verdad es que hay cosas que nunca entenderé.

1 comentario:

David dijo...

When the going gets weird, the weird turn pro. Ya sabes de quien.