domingo, 7 de octubre de 2007

Historia nocturna (y un deseo)

"Hoy dice el diario que ha muerto una mujer que conocí..."- Sabina
Fue un fin de semana cargado y llega la noche del domingo como una promesa de paz y rutina. Entre las cosas que debo hacer y que sobreviven a la lista de las que tengo que pero simplemente me niego a hacer está llamar a mi amigo y consorte radial, Jorge. Cuadramos rápidamente nuestro segundo intento de exponer los problemas de seguridad de la UPR desde adentro (nos gusta joder con el sistema y jugar con fuego, demás clichés, etc., bla bla bla). Queda la hora pautada y las incertidumbres de siempre en el aire. Estamos a punto de colgar y se saca de la manga una noticia que dice más o menos algo sobre un hombre encontrado en la calle, asesinado a puñaladas, vestido de mujer y que se sospecha que era empleado público. Inmediatamente mi cerebro se mueve hasta hace cerca de medio año atrás, cuando hicimos un programa sobre prostitución en Río Piedras. Entre las entrevistas que realizamos en nuestro arduo quehacer periodístico/cultural, resalta la memoria de Carmen.
Eran cerca de las dos de la mañana y, si no me equivoco, era lunes. Estabamos en una callejuela plagada de prostitutas travestis y Carmen fue la única valiente que nos otorgó lo que, bajo aquellas circunstancias de guerrilla, se podría catalogar como una entrevista a fondo. Era un hombre de unos 26 o 27 años que se prostituía por las noches y era empleado público por el día. Entiendo que las probabilidades de que sea la misma persona son ínfimas, pero cosas más raras se ven todos los días. Imagino la imagen (ya borrosa en mi memoria sobrecargada) de Carmen bocabajo en una cuneta, cosida a cuchilladas. Otra puta muerta. Otra historia sin terminar de contar. Otra sonrisa noctámbula que se apaga. Espero que no haya sido ella, pero también he aprendido que no se puede esperar gran cosa de este puto mundo de mierda.

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