domingo, 10 de abril de 2011

Decimotercer Buscapié

Decimotercer es im apócope favorito. Aquí les dejo el último buscapié.

10 Abril 2011
Sombra
Gabino Iglesias

“Sombra” es el más macho del barrio. En la calle se rumora que por donde camina “Sombra”, como caballo de Atila con pistola, no vuelve a crecer la hierba. Su celular suena. Es el aparato más caro del mercado. “Sombra” se lleva el teléfono a la oreja. La voz nerviosa de algún alicate con aspiraciones de altos vuelos balbucea desde algún rincón maldito de transacciones farmacológicas. Un listo con exceso de testosterona ha cometido un error fatal: obviar una deuda.

“Sombra” entierra el celular en el bolsillo de su pantalón y se coloca el cañón en la cintura como ha visto hacer a los malos de las películas desde su podrida infancia. Con tumbao de mafioso de vídeo de reguetón, agarra las llaves y, con el paso firme del que se sabe invencible, sale de su casa.

Unas pulgadas más allá de la hedionda cuneta, por aquello de no ensuciar las gomas de perfil bajo, lo espera un maquinón diseñado para burlarse de los límites de velocidad. Pegadito al suelo y calzando unos aros italianos que pagarían por la educación superior de una decena de adolescentes, el carro se ve como su dueño: rápido y letal.

“Sombra” se sienta y su cabeza se ocupa de lo que vendrá. Esta noche correrá la sangre otra vez. Nadie se mete con “Sombra”. De repente un movimiento brusco le hace girar la acicalada cabeza. Unos pantalones como los suyos es todo lo que “Sombra” alcanza a ver. La primera bala entra en su pecho con malas intenciones. La segunda pone punto final a su historia y le arruina la recién arreglada ceja izquierda. La sangre llega a la cuneta.

“Sombra” deja de ser leyenda y se convierte en estadística. El más malo murió igual que el más tonto. Lo que nadie sabe es que, justo antes de morir, una sonrisa picarona se dibujó en los labios de “Sombra”. El pobre pensó que morir vale la pena si se ha vivido como bichote.

Lástima que en lugar de leyenda, su legado sea convertirse en pegatina de carro. Te recordaremos.

n El autor es estudiante doctoral.


Pueden ver el original aquí.

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