Ya lo dijo Sabina: "Las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo." Lo que Sabina no dijo, pero sabía, es por qué Chavela era grande: por que cantaba con el corazón.
Perfecto, no voy a discutir con nadie si su voz dejaba mucho que desear. Cantar es una cosa, pero decir algo o tocar a alguien con tus palabras es otra. Chavela, así como el mismo Sabina, Leonard Cohen, Dylan, Tom Waits y muchos más, era una cantante que te hacía vivir y sentir las canciones más allá de su voz quebrada. Escuchar el disco de Carnegie Hall (2006), es una experiencia que me pone los pelos de punta.
No digo más porque una canción dice todo. Aquí les dejo una de mis favoritas (quería un video de Se Me Hizo Fácil, pero los que encontré era una basura).
Hasta siempre, Chavela. El día que quieras, nos bebemos una botella.
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