Levanto un pie y lo coloco en la pared, apoyándome como una estatua mitad garza mitad hombre. En la acera opuesta hay un tipo tocando una guitarra ligeramente desafinada. Puede tener cualquier edad entre los 25 y los 65 años. "I play my music in the sun"... Tom Petty. No... eso era un cover. Lo escribió Steve Miller. Meto la mano en el bolsillo y saco mis tesoros: dos dólares y el recibo de un sandwich. Es más que suficiente.
Camino. Alguien dibujó una carita feliz sobre la cubierta transparente de un contador de energía. Hermoso: una sonrisa gratis y permanente que saluda a los transeúntes desde el anonimato de su creador. Una ardilla gorda corre por el borde de una verja de madera. Tengo hambre otra vez. Eso es bueno. Un poco de hambre te ayuda a sentirte más vivo. No llevo reloj pero esa pesadez anaranjada que se tiende sobre los edificios más altos de la ciudad me avisa que es hora de volver a casa. Emprendo la eterna búsqueda del eterno retorno.
De camino a casa busco una excusa para sonreír. Llega casi de inmediato: al genio de turno se le ocurrió poner al analfabestia de Daddy Yankee de moderador del último debate político. Cuatro mentirosos y el tonto del pueblo: una verdadera joya televisiva. Me lo perdí y siento una alegría indescriptible por no haberlo visto.
Se vacía la sonrisa: el placer que me puede brindar el intento de atraer a una juventud aislada e indiferente hacia la política sumando a la mierda existente un enano mental con aparente epilepsia en los brazos y graves problemas a la hora de contruir una oración coherente tiene un límite casi inmediato.
Busco otra cosa en el archivo. Me acuerdo de que pronto llegará el iPhone a Puerto Rico. Me alegro como nunca de estar en Austin. Como ya estoy cerca de casa acelero el paso, entro y me arrodillo a rezarle a los dioses de la catástrofe: "Por favor, respetables deidades iracundas, dadme el placer de leer sobre una explosión en las tiendas de AT&T, un loco con una escopeta que piense que Satanás vive dentro de esos ridículos aparatitos, un ataque terrorista en algún centro comercial, demencia en las filas seguida de incontrolable violencia... algo". "Consumir, consumir, innecesariamente", eso la tengo clarísima: Pedro Guerra. Después recuerdo que ya despotriqué contra el iPhone en una entrada de mi blog y me pregunto cuántos seres conoceré que se comprarán un iPhone y dejarán de hablarme por no pertenecer a su círculo sociotecnológico. Lástima.
Abro un periódico y leo la filosofía/eslógan de un complejo de viviendas de la ciudad: "enjoy being". Suena como un plan maravilloso. Al carajo con todo. Comida, libros, guitarra: todo está cerca. ¿La economía bucenado en la cuneta? ¿MacCain y Palin? ¿El absurdo festival de déficits neuronales haciendo el tonto en la televisión en un debate donde nadie pregunta nada importante? ¿La baja notable en la temperatura? Nada importa, disfruto de ser.
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