martes, 9 de diciembre de 2008

La razón del silencio

Además de las incontables horas que he pasado durante las últimas dos semanas ahogado entre libros, desenterrando conceptos, tatuándome teorías, escribiendo proyectos, desarrollando modelos y estudiando para exámenes finales, he tenido tiempo de hacer un poco el Keroauck con los viejos.
MacKinney falls es un sitio precioso...cuando no hay sequía y cuando la hay. Las mejores hamburguesas del mundo las hacen en un negocito de mierda que se cae del óxido en Bastrop. Johnson city (donde nació Lyndon B. Johnson) tiene la friolera de 1,191 habitantes. El 75% de los residentes de Smithville terminan muriéndose de asco. Enchanted rock es una singular piedra que te deja ver un gran pedazo de Texas y no puedes escalarla sin tener un momento espiritual. Algo tiene el granito rosa que apela a los sentimientos. River Walk, en San Antonio, es una magnífica muestra de lo que la buena arquitectura puede hacer cuando se casa con el sueño de querer ser Europa. Davy Crockett era el rey indiscutible de la autopromoción. El Alamo es mucho más pequeño de los que se imaginan. Las costillas de Artz Rib House no tiene igual en el mundo. El fantasma de Stevie Ray Vaughan vive en Sam´s BBQ. Cuando hace frío en el desierto, de verdad hace frío. Cruzar el río es una estado mental y no geográfico... también es contagioso. La Guiness no muy fría cura el insomnio. Es fácil extrañar la lluvia.
En fin, esas son sólo dos escusas para no haber escrito la semana pasada. La tercera es que estoy escribiendo. Si bien el blog es el bendito espacio para despotricar y escupir todo lo que me da la gana, las páginas en blanco son otras cosa, otro proyecto, otro yo. Parece que eso de vivir en un diminuto apartamento ha empezado a surtir efecto y cada noche me peleo un rato con el teclado e intento atrapar ese puto adjectivo, domar los verbos, recordar en alta definición, etc. Me deseo suerte.

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