miércoles, 2 de enero de 2008

El cadáver del 2007

Miro el cubo de la basura y ahí está el cadaver del 2007. Parece que no cabía por el inodoro y lo pusieron ahí, entre botellas vacías y restos de comida en lugar de sepultarlo a la goldfish. Se ve tan inutil y abandonado como una botella de güisqui vacía. Es un globo deshinchado. Me da pena verlo ahí, igual que me apena tirar los zapatos viejos. Supongo que fueron 365 días leales y con poca oportunidad de ser más d elo que fueron.
Detrás hay un brillo que sólo noto al cerrar la basura y darle la espalda al cadáver abandonado. Se trata del 2008. Tiene esa estúpida carita simpática que tienen todos los animales pequeños, pero yo no me fio. Sé que de un momento a otro puede saltarme a la yugular con alguna hijaputez inaudita.
No sé qué podemos hacer excepto esperar que este año sea mejor que el que acabamos de retirar. Salud, alegría y dinero. Espero que las sorpresas que traiga sean gratas, que venga con buena música y geniales lecturas, ah, y que no se olvide de traer algún viajecito.
Felices 363 días restantes.

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