domingo, 22 de enero de 2012

Un final repetido

Hoy encontré un cuento viejo, de los últimos que escribí en español cuando aún soñaba con publicar ficción en mi lengua materna todos los días. El cuento se titula "El Mensajero" y me lo reservo para una tarde lluviosa. Sin embargo, su final me parece tan acertado y real hoy que como cuando se escribió hace unos 7 años:

Abajo queda la ciudad, repleta de juicios inútiles y morales laxas. La lluvia sucia empapa los atrofiados árboles enfermos que libran un pulso perenne con los doblados cables negros del tendido eléctrico. Sigue cayendo la lluvia y largándose la muerte de la ciudad donde el sol y la lluvia pegan por igual a los esclavos asalariados de la banca que a los bebedores de espejismos que bailan en las aceras con los nudillos en el piso. Esta ciudad es infinita en sus derrotas.

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