viernes, 10 de diciembre de 2010

Parao

Martes. 3:34 a.m. El viento se cuela por el cuello de mi camisa. La temperatura ronda los 35 grados Farenheit. Llevo horas ayudando a compañeros de clase cuyas historias carecen de fuerza, gancho, dirección, estructura o coherencia. En mi futuro hay una par de horas de sueño y luego la construcción metódica de un proyecto final. Ya me duelen las 7,000 palabras que pariré el miércoles.
Me subo al carro y enciendo la calefacción. Me río solo en pos de abrirle la puerta a la insania que ya amenaza con invadir cada recoveco de mis agitado cerebro. Cruzo luces en rojo mientras el frío del volante me muerde los dedos. La calefacción tarda en funcionar y llego a casa antes de calentarme.
Me paro en la sala, tiro las llaves sobre la mesa y me acerco a la radio en busca de un antídoto. Mis dedos actúan con la seguridad automática del que sabe a dónde va. Una voz sagrada sale de las bocinas. La letra me calienta la sangre, pone una sonrisa en mi boca y resucita en mi interior la seguridad de que sobreviviré, de que sigo de pie y de que patearé el trasero de cualquier cosa que me pongan delante...otra vez.

Hay quien ve la luz al final de su túnel,
y construye un nuevo túnel pa' no ver,
y se queda entre lo oscuro y se consume,
lamentando lo que nunca llegó a ser.
Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito,
fácil es juzgar la noche al otro día,
pero fui sincero y eso si lo grito,
que yo nunca he hipotecado al alma mía.

Si yo he vivido parao, ¡ay! que me entierren parao,
si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao.
La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao,
en las buenas y en las malas voy con los dientes pelaos,
sonriendo y de pie, siempre parao.

Las desgracias hacen fuerte al sentimiento,
se asimila cada golpe que he aguantao,
la memoria se convierte en un sustento,
celebrando cada río que se ha cruzao.
Me pregunto cómo puede crecer vivo,
el que existe pa' culpar a los demás,
que se calle y que se salga del camino,
y que deje al resto del mundo caminar.

A mi me entierran parao, hay que me entierren parao,
te dejo mi sonrisa y todo lo que me han quitao.
Lo que perdí lo he llorao, si yo he vivido sobrao,
dando gracias por las cosas que en la ruta me he encontrao.
Sumo y resto en carne propia, de mi conciencia abrazao,
parao, aunque me haya equivocao,
aunque me hayan señalao, parao,
en agua de luna mojao,
disfrutando la memoria de los ríos que he cruzao
aunque casi me haya ahogao, sigo parao.

Aunque me haya equivocao,
aunque me hayan señalao,
yo sigo parao,
corriendo y de pie.
vivo parao,
dando gracias por las cosas que en la ruta me he encontrao
sigo parao.

Siempre parao.


Rubén: gracias hoy, mañana y siempre.

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