lunes, 2 de noviembre de 2009

La gran burbuja

Se despeña la economía y ¿qué hace la gente? Regresan a la universidad. Como si no fuera suficiente el tener a una enorme manada de animales jóvenes estudiando cosas en las que jamás podrén ejercer, ahora los campus del mundo se pueblan de viejos despedidos en busca de resucitar algún ideal rebelde que dejaron caer por un cheque que ahora les falta.
Y ése no es el único problema de la academia: los jóvenes que caminan por sus entrañas no se preocupan por desarrollar ideas nuevas, le escapan al pensamiento crítico como los gatos al agua, aborrecen el esfuerzo, detestan escribir y no se leen un libro ni en defensa propia.
La academia es la gran burbuja y me parece que, si la economía no mejora pronto, la burbuja va a estallar.
Tengo la oportunidad de trabajar con 32 estudiantes de bachillerato casi a diario... y lo que veo es deprimente. Mis estudiantes cursan estudios en una de las mejores universidades del mundo, pertenecen a ese escogido grupo del 10% que lidera su clase y recibe aceptación inmediata a la universidad, vienen de familias de padres profesionales y... son bastante imbéciles. Con este cuadro, ¿qué no espera dentro de un par de años? La imágen de un mundo en manos de estos enanos mentales que no pueden sostener una conversación en su idioma natal sin intercalar un tonto "like" entre cada palababra es algo que me causa pesadillas.
De la misma manera en que el fracaso del ideal fordista empujó a un inmenso grupo de descerebrados a abandonar la fábrica y lanzarse a joder la industria de servicios, hoy el ideal igualitario de la educación obliga a individuos que estarían mejor en una fábrica a intentar conseguir una educación universitaria. ¿Acaso se cocinan solos los hamburgers? ¿Ya no se necesitan mecánicos, barrenderos, cajeras, recogedores de basura, taxistas, putas, strippers, asesinos a sueldo, políticos, etc? ¿Por qué insistimos en mandar a todo el mundo a la universidad y despreciamos las carreras que se aprenden con un experto (por ejemplo, la agricultura, la soldadura, la zapatería, la plomería, etc.)?
En nuestro afán por hacer de la universidad un espacio para todos, se nos olvidó la regla más importante: para estudiar hay que tener cerebro.

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