Es casi algo poético. Se abre el diafragma de la cámara y un segundo queda plasmado para toda la vida. Y de vez en cuando sucede que, por algún capricho del destino, nos topamos con el pasado en forma fotográfica.
Hace unos días me encontré con esta foto. Juanito, Willie, Trobi y yo, bebiendo a media mañana y jugando billar en una bar de Playa Santa. Eran otros tiempos. Eran días que se pintaban de sol y noches que se nublaban de alcohol. Era otra música y otros libros. Otras amistades, otra universidad, otro trabajo. Discutíamos sobre lo que íbamos a hacer con nuestras vidas. Después la vida pasó y se limpió el culo con nuestros planes. Willie se casó. Juan está más canoso y más flaco. Trobi estudia su maestría y yo soy profesor. Ahora nos limitamos a añorar aquellos días de risa y cerveza, de música y güisqui a cualquier hora del día. Guánica sigue en el mismo sitio. Aún somos hermanos y nos queremos igual, pero la vida siguió, las cosas cambiaron. Ahora hacemos citas para vernos y nos reunimos sólo en ocasiones especiales, como la gente adulta.
Veo esta foto y veo lo que fuimos, un tiempo que a pasó y dejó su huella. Trato de evitar sistemáticamente la nostalgia tonta y la melancolía barata, pero extraño el pasado. Es increíble todo lo que puede traernos una foto. Me veo, como buen escritor, obligado a terminar esta entrada con palabras prestadas:
"Y entre tantas victorias
-recordamos ahora con la sonrisa triste-
llegamos a pensar que también venceríamos
sobre el destino incluso, sin saber que el destino
no se rinde a la fuerza ni al empeño,
ni que tantos propósitos en las cenas del sábado,
todo aquello que íbamos
a hacer con las mujeres y la vida,
sería más bien esto que los jueves
no deja de asombrarnos que hayan hecho
la vida y las mujeres con nosotros"
- Vicente Gallego
De más está decir que esta entrada va dedicada a Juan, a Trobi, a William, a Guánica, a la juventud que ignora el futuro y a todo lo bueno que la vida tatúa en nuestro pasado con tal de que nos toque el corazón una puñetera foto que encontremos de cuatro amigos tomando cerveza.