martes, 17 de abril de 2007

Paranoia


Miedo. Paranoia. Terror. Un sentimiento visceral que te hace aguantar la respiración. Hablo de ese maravilloso espacio imaginario donde viven las sombras que se mueven solas, las manos que nos tocan en la noche, las pesadillas que nos dejan petrificados en la cama, los demonios de nuestro subconsciente, las creaciones del maestro Lovecraft, las ramas que pegan en la ventana, los gritos nocturnos, los susurros que oimos cuando estamos solos, los ojos que nos miran desde el otro lado del espejo, las novelas de Richard Laymon, Bentley Little, Stephen King, Douglas Clegg, Graham Masterton, August Derleth, Peter Straub, Edgar Allan Poe y Robert Bloch. Hablo de esos saltos repentinos que detienen el corazón, de esas veces en que olemos la muerte. Me refiero a lo persiguen las películas de George A. Romero, William Friedkin, Stanley Kubrick o Richard Donner, de los momentos en que nos sentimos solos, perseguidos y escuchamos pasos detrás de nosotros, hablo de callejones oscuros y malolientes, de carne podrida escondida en algún rincón del mundo, de cadáveres con los ojos abiertos.
Paranoia es el nombre que le puse al cortometraje que acabamos de terminar. Lo peor de todo es que me parece más fácil habitar la oscuridad de esos lugares reales e imaginarios que la rutina de la realidad. Espero que en la edición no perdamos el miedo...

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